Si algo quieres, algo te cuesta. Si te cuesta, te vale la pena. Si la vale, te interesa. Si te interesa, te preocupa. Si te preocupa, te hace pensar. Si te hace pensar, te hace actuar. Lo peor es cuando lo quieres pero no vale la pena, entonces intentas desinteresarte y te despreocupas, pero no puedes evitar pensar. Aunque siempre acabaras actuando como no deberías.